El mandatario pidió la renuncia de la ministra de Vivienda, Irene Moreira, luego de que se conociera por la prensa que la funcionaria adjudicara un inmueble del programa ministerial a una cabildante, acto interpretado como práctica clientelar.
Moreira es la esposa del senador Guido Manini, líder de CA, a quien el mandatario pidió primero que sustituyera por otro cabildante a Moreira al frente de la institución.
La respuesta de Manini fue de desafío y en comparecencia pública rechazó la decisión del gobernante y la tildó de responder a una campaña premeditada contra su formación política.
El senador dio un ultimátum a Lacalle Pou, quedó cuestionada la potestad presidencial y en el aire la amenaza de ruptura en la coalición que funciona a nivel de gobierno y el Parlamento.
Lacalle Pou recogió el guante; raudo y veloz se comunicó telefónicamente con la titular de Vivienda para confirmarle que quedaba fuera del cargo.
Moreira por su parte, reiteró desde la sede ministerial que volvería actuar de la misma manera y dejó sin respuesta la orden presidencial.
No fue hasta entrada la noche que Irene Moreira anunció desde la sede del Ministerio de Vivienda que abandonaba el puesto y ocuparía el curul de senadora que ganó en los comicios de 2019.
Fueron horas de tensión política, en las que políticos de otras formaciones políticas de la coalición se pusieron en fila en apoyo al presidente de la República.
Así lo hizo en conferencia de prensa el dos veces presidente Julio María Sanguinetti, quien llamó a preservar la coalición.
«La vida institucional sigue, no me ubico en la hipótesis con Cabildo Abierto afuera. Si no es así, veremos, será un replanteo distinto», señaló el histórico dirigente colorado.
El ministro del Trabajo, Pablo Mieres (Partido Independiente), respaldó también al jefe de Estado y negó que la alianza gubernamental esté en crisis, una declaración al parecer dirigida a distender el tenso ambiente político.
Desde la oposición, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, del Frente Ampio (FA), opinó que el choque en las filas del oficialismo confirma que «el deterioro del gobierno se ha hecho evidente en los últimos meses».
Orsi citó el caso del narcotraficante Sebastián Marset, quien pese a estar preso en Dubái recibió un pasaporte, con el cual escapó hasta el día de hoy, lo cual le costó la renuncia a la entonces vicecanciller Carolina Ache.
También mencionó el escándalo del exjefe de custodia presidencial Alejandro Astesiano, quien cumple prisión por varios delitos cometidos en el ejercicio de tan sensible responsabilidad.
Recordó además que son varios los ministros y otros cargos en la actual administración que debieron abandonar el puesto por diversas irregularidades.
Para el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, la crisis se resuelve con un cambio de gobierno, en alusión a las elecciones nacionales marcadas para octubre de 2029.
Con una mirada hacia esa fecha, y en su cuarto año de gestión, para el presidente Lacalle Pou la gobernabilidad se le pondría difícil de concretarse la ruptura de Cabildo Abierto.
El escenario sería complicado en el Parlamento, donde las fuerzas que gobiernan hoy podrían eventualmente perder la mayoría con la que han impuesto hasta ahora polémicas leyes como la de reforma educativa y de la Seguridad Social.
Por ahora el ministerio de Vivienda está acéfalo aunque al parecer el mandatario maneja designar de forma interina a José Luis Falero, titular de Transporte y Obras Públicas, hasta que aparezca un sustituto.
El momento entonces es de tensión y espera. Guido Manini dijo que se tomará el fin de semana para pensar “con frialdad” una respuesta a todo el embrollo.
El directorio de CA se reunirá el lunes, con la opción de ruptura en la mesa, aunque no es descartable que salga humo blanco de la chimenea cabildante.
Tal eventualidad podría salvar, por ahora, la cicatrizada coalición gubernamental, cuyo parte médico entonces podría decir: condición crítica estable.
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