Willaq Pirqa significa en quechua “Pared que habla” y fue un éxito en todo el país, con 80 mil espectadores, algo extraordinario para una producción en idioma originario.
El filme obtuvo las distinciones otorgadas a la mejor película de ficción, mejor dirección (César Galindo), mejor actor (el niño Víctor Acurio), mejor actriz de reparto (Hermelinda Luján) y mejor guion (César Galindo, Augusto Cabada y Gastón Vizcarra).
La película se desarrolla en los Andes del sur del país y cuenta la historia de Sisto, un niño que descubre casualmente el cine y cuya curiosidad lo lleva a buscarlo, pasando diversas peripecias.
El entrañable Sisto encuentra un cinematógrafo ambulante que va de pueblo en pueblo y lleva a sus vecinos en masa a ver la novedad y sobrelleva con imaginación el hecho de no entender las películas en español.
El jurado distinguió al filme por contar “una historia única, accesible a todo público y significativa para la multiculturalidad del país”.
También destacó “la naturalidad alejada de cualquier impostación, bordada de ternura, carisma y una gran capacidad de transmitir un amplio rango de emociones que van de la felicidad al miedo, de la sorpresa a la tristeza”.
Igualmente, “La representación de las posibilidades de la cinefilia desde cualquier lugar, origen, contexto geográfico y edad; la reflexión sobre la dificultad del acceso al séptimo arte para quienes no son hablantes de idiomas hegemónicos, y el llamado a la puesta en valor de las lenguas originarias”.
El certamen también distinguió como mejor actor de reparto a Fernando Bacilio (Tiempos Futuros), mejor actriz (Haydeé Cáceres, El corazón de la luna), mejor película de no ficción (Pakucha, del director Tito Catacora) y mejor estreno internacional: Aftersun, del director Charlotte Wells (Reino Unido).
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