Ettore Prandini, presidente de la Confederación Italiana de Agricultores Directos (Coldiretti), agregó en la nota que se trata de “un negocio en manos de unas pocas, pero muy influyentes personas” que, según dijo “puede cambiar la vida de las personas y el entorno que nos rodea”.
En el documento, publicado este martes en el sitio oficial de esa organización, alerta que “después de la carne y el pescado de probeta viene la leche sintética, con varios países que avanzan hacia la comercialización de productos lácteos reales sin usar leche producida a partir de vacas”.
Señala que “los alimentos sintéticos representan un peligro para el sector italiano, que ahora vale 55 mil millones de euros” y, según manifestó Prandini, se trata de “un producto de ingeniería, con procesos de fabricación mucho más parecidos a los de los medicamentos y en ese mismo contexto hay que evaluarlos».
«Pensar en reemplazar el vínculo entre los alimentos que comemos y la tierra con un proceso de laboratorio es un acto muy serio, y este no es el alimento del futuro que queremos», aseveró por su parte Luigi Scordamaglia, presidente de la asociación agropecuaria Filiera Italia.
“Seguiremos trabajando con el Gobierno para no bajar la guardia, salvaguardar nuestro tejido productivo y defender nuestros estándares de calidad de quienes piensan que por su beneficio propio es posible poner en peligro la salud de millones de consumidores», enfatizó Scordamaglia.
Por su parte, Paolo Zanetti, titular de la empresa Assolatte, comentó que “estamos en una paradoja, pues se nos pide invertir para hacer nuestros productos lácteos más respetuosos con el medio ambiente, mientras negociantes sin escrúpulos, buscan para promocionar un producto que es cualquier cosa menos natural”.
Una encuesta publicada el pasado 3 de abril en el sitio digital Money.it mostró que 58,0 por ciento de los italianos está a favor de un reciente decreto ley contra los alimentos sintéticos.
El 28 de marzo último, el Consejo de ministros aprobó una norma legal contra la preparación, venta, importación, producción para la exportación o distribución para el consumo de alimentos, bebidas o piensos compuestos, aislados o producidos a partir de cultivos de células o tejidos derivados de animales vertebrados.
Al dar a conocer esa decisión, el ministro de Agricultura de Italia, Francesco Lollobrigida, expresó que el propósito del Gobierno es “garantizar el más alto nivel de protección de la salud de los ciudadanos y preservar el patrimonio agroalimentario”.
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