Así dijo a la prensa sobre el aumento de los niveles de sodio del agua que distribuye la administración de Obras Sanitarias del Estado (OSE).
La entidad recurrió a la mezcla del vital líquido de varias fuentes vinculadas al Río de la Plata, ante el menguado cauce del embalse que normalmente abastece a la ciudad y la región metropolitana, debido a la persistente sequía.
«El agua no es potable en la definición perfecta de la potabilidad. Lo que nosotros decimos que es bebible y consumible», dijo Bouvier al canal Telemundo.
Para que el agua sea potable debe cumplir con los parámetros que establece el Reglamento Bromatológico Nacional.
Esa normativa regula que los valores máximos de sodio admitidos son 200 miligramos por litro y ahora la salinidad es de 400, es decir, el doble.
A su vez, el Reglamento admite hasta 250 mg/l de cloruro y ahora el agua tiene 700 mg/l.
La regla prohíbe la distribución y el consumo de agua no potable a la población.
Sin embargo, prevé autorizar «con carácter de excepción» la distribución del líquido que no cumpla con los valores establecidos «si no se detectan microorganismos patógenos».
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