La Declaración de Compromiso para Proteger a los Civiles de Sudán por parte de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), rubricada la víspera en Jeddah, Arabia Saudita, es considerada por el Mecanismo como el primer paso para proteger la dignidad de la población en ese país africano.
El texto instó a las partes a hacer todo lo posible de inmediato para traducir estos compromisos en acciones significativas sobre el terreno, como la transmisión de instrucciones claras e inequívocas a los rangos inferiores para que acaten el compromiso y faciliten el paso seguro de la asistencia humanitaria.
De igual modo, garantizar el restablecimiento de los servicios esenciales, el retiro de las fuerzas de hospitales y clínicas, y la respetuosa sepultura de los difuntos.
El Mecanismo Trilateral expresó mediante un comunicado su disposición a apoyar a las partes y los convocantes de las conversaciones hacia la plena implementación de la declaración, además de enfatizar la importancia del apoyo sostenido y coordinado por parte de la comunidad internacional en general, en este momento crítico.
Convocó al Ejército y las RFS a continuar en el proceso de manera constructiva y de buena fe para aprovechar lo logrado y, en última instancia, alcanzar un cese permanente de las hostilidades con un mecanismo sólido de monitoreo y verificación.
El texto reiteró la convicción de que a medida que avanzan las conversaciones, es esencial la participación significativa y amplia de los actores civiles y políticos, incluidas las mujeres.
Los combates en Sudán comenzaron como resultado de una lucha de poder entre el jefe de las fuerzas armadas, Abdel Fattah Burhan, y su otrora hombre fuerte, Mohamed Hamdan Dagalo, con un saldo hasta el momento de más de 700 muertos y miles de heridos, según cifras conservadoras.
En tanto, las treguas son tan efímeras que no dejan espacio a evacuar las zonas en guerra o resolver las necesidades de la población, sumida ya en una insalvable crisis humanitaria.
Las conversaciones técnicas, auspiciadas por el reino saudita y Estados Unidos y limitadas a un cese del fuego duradero, no tuvieron indicios de avances sustantivos en el tema, a juzgar por la violencia de los combates que continúan.
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