La mujer, que lleva poco más de un mes en el cargo tras la salida del controvertido y ultraconservador Lorenzo Córdova, del Partido Acción Nacional, aseveró que no ha encontrado resistencias para la realización de su trabajo.
La cuestión para llevar a cabo su idea transformadora está en que todavía no hay acuerdos para nombrar a quienes ocuparán los 17 puestos de mando en el organismo, en las direcciones ejecutivas, unidades técnicas y coordinaciones.
Dijo que su intención es buscar consensos no solo para que fluya la operación del instituto, sino para que los 11 consejeros se responsabilicen de la aprobación de los servidores.
Afirmó que no han sido retiradas las propuestas que en días pasados puso sobre la mesa de los consejeros y al mismo tiempo refrendó su opción en favor de Flavio Cienfuegos para que ocupe la Secretaría Ejecutiva, el principal puesto del INE únicamente por debajo del consejo general.
Rechazó que el perfil de Cienfuegos, hoy jefe de su oficina, haya sido cuestionado por los consejeros por ante supuestas irregularidades imputadas en su breve paso por seguridad social cuando lo encabezaba Germán Martínez, de Acción Nacional.
El INE trabaja actualmente sólo con encargados de despacho en todas las áreas medulares; para la autorización de nombramientos se requieren ocho de los 11 votos posibles en el consejo general, es decir, amarrar una mayoría calificada.
A la par de diseñar los calendarios para el inicio del proceso electoral federal y concurrentes 2023-2024, y coordinarse con las autoridades del estado de México y Coahuila para los comicios locales del 4 de junio próximo, los consejeros deberán llegar a acuerdos para nombrar a los principales operadores.
La consejera presidenta dijo que están frente a una “oportunidad de oro”: renovar la plantilla de directivos luego de la renuncia “masiva” el 3 de abril pasado.
Añadió que su propuesta para la Secretaría Ejecutiva tiene “fuerza” porque Cienfuegos es un amplio conocedor del sistema electoral, y admitió que críticas respecto a presuntas filias partidistas han sido una constante en toda la historia de ese árbitro.
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