De acuerdo con estadísticas del Servicio Nacional de Migración (SNM) citadas por el diario La Prensa, en los últimos cinco años han utilizado esa vía 101 mil infantes.
Los menores de edad se adentran a esta peligrosa franja de jungla en la frontera con Colombia en algunas ocasiones, incluso, sin la compañía de sus padres, según esos informes.
El último caso de ese tipo fue dado a conocer este 20 de mayo por el SNM, cuando un menor locales, luego de que fue abandonado durante la travesía.
Al respecto, la directora de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, Graciela Mauad, subrayó que cuando los menores llegan a Darién, requieren apoyo psicosocial y atención médica para tratar enfermedades gastrointestinales, fiebre, heridas y deshidratación.
A esto hay que agregar los decesos que se reportan, ya sea por los peligros que implican la selva y los ríos crecidos de Darién o por los grupos delincuenciales que se adentran a la ruta migratoria con el fin de robar a los caminantes.
Estudios de la Defensoría del Pueblo y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas y Unicef en Panamá apuntan a una tendencia al alza de esos flujos que se calcula que se mantendrá durante el 2023.
Lo pronósticos se basan en que tan solo en los cuatro primeros meses de este año ya 25 mil 431 menores de edad han atravesado esa zona, siete veces más que en el mismo período del 2022.
Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (Unicef), el impacto del viaje por esta zona selvática en la niñez es cada vez más preocupante, ya que se enfrenta a varias amenazas como ríos en los que pueden morir ahogados, víctimas de la violencia sexual, trata de personas, explotación y otros riesgos de salud.
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