Un portavoz de esa agrupación ecologista indicó, en declaraciones divulgadas este lunes en el sitio digital del diario Il Post, que son falsas las especulaciones de diversos medios que relacionan esa acción con otras protagonizadas por sus miembros, como la del pasado 21 de mayo, cuando mancharon de negro las aguas de la Fontana de Trevi, en Roma.
Los análisis realizados por especialistas de la Agencia Regional para la Prevención y Protección del Medio Ambiente (Arpav), mostraron que la extraña coloración de las aguas en una de las más céntricas locaciones venecianas, próxima al puente Rialto, fue causada por fluoresceína sódica.
Se trata de un compuesto colorante orgánico que se utiliza para inspecciones de agua en plomería y medicina, pero sin efectos tóxicos, por lo que se presume que desparecerá gradualmente en los próximos días sin causar daños en el ecosistema ni para la salud humana.
Sin embargo, hasta el momento se desconocen el origen y propósitos de esa acción, mientras las autoridades realizan pesquisas para identificar los autores de la misma, y a tal fin el presidente de la región de Véneto, Luca Zaia, anunció una reunión este lunes, a la que fueron convocados jefes policiales, de carabineros y de los bomberos.
En tanto, la mancha verde brillante detectada por turistas a las 09:30 hora local del domingo en el Gran Canal, se extendió a otras aguas, y se considera que, aunque nadie reivindicó la autoría hasta el momento, probablemente sea una acción demostrativa, pues se produjo el día de una tradicional regata veneciana conocida como Vogalonga.
Las Vogalonga comenzaron a realizarse en 1975, con la participación de miles de remeros de todas partes del mundo quienes con sus botes inundan las aguas de los hermosos canales, en protesta contra el daño que causa a esa ciudad histórica el uso creciente de lanchas motoras.
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