En la muestra que se extenderá hasta el 3 de diciembre, la creadora, radicada en esa urbe, ofrece una amplia selección de 50 obras, entre ellas pinturas, dibujos y libros de bocetos, desarrollados durante su carrera.
Esta vez, Brown comparte en el MET su mirada acerca de preocupaciones existenciales vinculadas a lo efímero de la existencia, las representaciones simbólicas de la vanidad humana, sus naturalezas muertas y los reflejos en los espejos.
Consideraba por la crítica especializada como una de las figuras actuales más importantes en el ámbito de la pintura, la artista se destaca por su combinación de un poderoso expresionismo abstracto y un figurativismo deformado.
Nacida en 1969, su estilo muestra influencias de varios pintores, desde Francisco de Goya, Willem de Kooning, Francis Bacon y Joan Mitchell, hasta maestros antiguos como Pedro Pablo Rubens y Nicolas Poussin, aunque sus obras también presentan un punto de vista claramente femenino.
Brown abandonó Londres para firmar por la Galería Gagosian en la ciudad de Nueva York y fue reconocida en el mundo artístico a finales de la década de 1990 a través de una exposición de pinturas abstractas de conejos.
Fue en 1995 que llamó la atención de las galerías más importantes por su exhibición Four Letter Heaven en el Festival de Cine de Telluride, de Colorado, Estados Unidos, momento a partir del cual su trabajo ganó impulso en este país y en Europa.
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