Esas normas se establecieron en septiembre de 2022 para hacer frente al pico de precios de la electricidad derivado del conflicto en Ucrania.
La restricción se estableció en un tope de 180 euros para los ingresos del mercado por megavatio hora (MWh) de electricidad producida a fin de minimizar el impacto en el precio final de la electricidad de las costosas fuentes marginales que determinan los precios.
Ese es el caso del carbón o el gas, para lo que se buscó garantizar al mismo tiempo un rendimiento razonable de la inversión para las tecnologías afectadas.
Sin embargo, el informe señala que los precios de la electricidad disminuyeron a menos de 80 euros por MWh y se considera que los picos de precios de la electricidad observados a lo largo de 2022 sean menos probables en el próximo invierno.
Ante esta estabilización de los valores de la energía, Bruselas considera en su nuevo informe, que los beneficios del actual límite de ingresos inframarginales no compensarían el impacto sobre la seguridad de los inversores y los riesgos para el funcionamiento del mercado y la transición.
La revisión constata que la aplicación del límite máximo de ingresos varía mucho de un Estado miembro a otro, lo que provoca incertidumbre entre los inversores.
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