Alfonso Durazo Montaño, gobernador de Sonora y jefe del Consejo Nacional, también confirmó que, en esa importante reunión con la máxima dirección del partido, pedirá a los tres aspirantes, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, hagan lo mismo que ya hizo el canciller Marcelo Ebrard, quien dejará el cargo el lunes próximo.
Los tres precandidatos no tienen un criterio unánime al respecto, y mientras Monreal consideró que Ebrard se adelantó al anunciar su renuncia al cargo, Sheinbaum, quien había insistido en que no dejaría al gobierno capitalino hasta el último momento, dijo que decidirá el domingo qué va a hacer.
Un quinto pretendiente -aunque no es de Morena, sino del Partido del Trabajo, miembro de la coalición Juntos Haremos Historia- aceptó dejar su curul en la Cámara de Diputados para dedicarse a la campaña proselitista de forma pareja con los otro cuatro, y la semana que viene pedirá el permiso correspondiente.
Durazo aclaró que solo después que sean aprobadas las propuestas el domingo es que las darán a conocer, pero no adelantarán nada hasta ese momento, y lo único que dejó asomar es que se busca una fecha para las renuncias la cual estará sujeta a la aprobación del Consejo. Para el buen lector, eso significa que pudiera ser que el lunes 12 no sea la fecha común para el resto de los precandidatos, aun cuando Ebrard aseguró que ese día dejará la cancillería y sus colaboradores más cercanos en la secretaría comenzaron desde ayer a abandonar sus puestos para conformar el numeroso comité de campaña.
El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró en su conferencia de prensa matutina que todos los aspirantes deberán renunciar pronto a sus cargos, con lo cual no vio mal que Ebrard tomara la iniciativa antes de que se llegara a un acuerdo en el Consejo.
Pero más importante que ese asunto de las liberaciones de cargos, es el debate que se abrirá en torno a la forma de elección que López Obrador continúa insistiendo en que sea por encuesta y que esta se realice en la población, que finalmente son los electores, y no dentro del marco del partido como un proceso interno de Morena.
El mandatario estima que es la forma más democrática y segura para Morena, pues al final de cuentas será el pueblo quien decidirá el 2 de junio de 2024 a la persona que dirigirá a la nación y dará continuidad a la IV Transformación, y lo mejor es que ese candidato haya sido escogido por la gente.
Sería una decisión inédita pues siempre los candidatos a presidente han sido escogidos mediante mecanismos internos de los partidos.
La idea de López Obrador también apunta a evitar privilegios y garantizar que para los cinco aspirantes de la coalición haya lo que denominan aquí “piso parejo”, es decir, igualdad de posibilidades y de condiciones para todos.
mem/lma