De acuerdo con la directora de esa institución, Luz Graciela de Calzadilla, ese evento ya tiene presencia en el istmo, incluso desde finales de marzo último.
El pasado mes de mayo, la entidad reportó que el calentamiento de las aguas en el océano Pacífico Ecuatorial estaba afectando la entrada de la temporada lluviosa y el comportamiento de las precipitaciones en Panamá.
En el actual pronóstico se prevé que julio, agosto y parte de septiembre serían los meses con menos precipitaciones registradas en el territorio nacional.
No obstante, se espera que a partir de octubre el escenario desea distinto y se vea un incremento en las precipitaciones estimuladas por el inicio de la temporada de huracanes, aunque diciembre también será deficitario en cuanto a lluvias, precisaron.
Sin embargo, Calzadilla advirtió que el mayor problema se apreciará en la temporada seca de 2024, como consecuencia de la disminución paulatina de las lluvias y sobre todo porque diciembre será un mes con muy pocas precipitaciones.
Este escenario impactará inminentemente las cuencas hidrográficas del país canalero y los sectores industriales y de producción como la ganadería y el agro, indicó.
En Panamá El Niño se asocia a un incremento en la temperatura del aire y disminución de la humedad relativa, lo que acelera el proceso de evapotranspiración y aumenta la evaporación sobre el suelo, los cuerpos de agua y embalses.
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