La candidatura del exfuncionario del Fondo Monetario Internacional, Azour sumó el apoyo del bloque Encuentro Democrático del Partido Socialista Progresista (PSP); en tanto, los diputados de Lealtad a la Resistencia de Hizbulah reafirmaron el respaldo al jefe del Movimiento Marada, Franjieh.
En un encuentro, los representantes del PSP, dirigidos por Walid Jumblatt, adoptaron la nominación de Azour y reiteraron el compromiso con el diálogo para alcanzar los consensos deseados con el fin de culminar lo antes posible la presidencia.
Por su parte, Lealtad a la Resistencia confirmó su participación en la sesión legislativa del próximo miércoles y el voto hacia Franjieh, deseándole la victoria, la estabilidad y el avance de Líbano.
Durante su reunión ordinaria, los parlamentarios enfatizaron que el líder de Marada es un candidato natural que tranquiliza a un amplio segmento de los libaneses y se reconcilia con todos sus grupos, al tiempo que tiene toda la disposición para dialogar y cooperar con ellos en beneficio del país.
Según reportes de prensa, desde su postulación el fin de semana último, Azour cuenta con el apoyo de la Corriente Patriótica Libre, las Fuerzas Libanesas, el Partido Kataeb, los Cambistas y el PSP; mientras, Franjieh es impulsado por el dúo chiita de Amal e Hizbulah, junto a un grupo de diputados independientes y sunitas.
Para el analista político libanés Wasim Bazzi, Hizbulah considera la candidatura de Azour como una escalada en la confrontación interna y no deja de ser un nuevo Michel Moawad (anterior candidato de la oposición) con otro nombre.
En este contexto, el titular del Parlamento, Nabih Berri, manifestó que ninguno de los candidatos obtendrá dos tercios o 65 votos en la sesión, pues aún el entendimiento interno no ha madurado.
Citado por el diario Al Akhbar, la máxima autoridad del Legislativo descartó cualquier posición de Arabia Saudita contra Franjieh; mientras, aseguró firmeza en la posición de Francia.
Ante este escenario, el vicepresidente del Consejo Supremo Islámico Chiita, Ali Al-Khatib, pidió a los políticos acelerar la finalización de las elecciones con un espíritu de consenso para formar un gobierno de rescate, que permita sacar a la nación de las crisis acumuladas.
La noche del 31 de octubre pasado marcó un giro en la política interna libanesa, pues con el fin del mandato de Michel Aoun, al frente del Estado, la nación entró en su cuarto vacío de poder después de la independencia.
Tras 11 sesiones parlamentarias, ningún candidato representante de la comunidad cristiana maronita logró la mayoría requerida de votos y la negativa al diálogo de algunas fuerzas políticas obstaculiza la designación consensuada del nuevo mandatario.
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