En declaraciones al canal panárabe Al Mayadeen, el asesor político del titular del Parlamento, Nabih Berri, advirtió sobre un escenario peligroso que estaban planeando las partes opositoras que promueven la nominación de Jihad Azour.
A propósito, el representante indicó que la ultraderecha de las Fuerzas Libanesas y los Falangistas (partido Kataeb) formaron parte de un plan dirigido a promocionar la victoria de Azour en la presidencia.
En este sentido, Hassan Khalil puntualizó que crear una realidad constitucional ambigua puede considerarse parte de una guerra interna.
Sobre este tema, el jefe del bloque parlamentario Baalbek-Hermel, Hussein Hajj Hassan, enfatizó el respaldo a Franjieh por la coincidencia en temas de la situación nacional y regional; así como la relación con Siria, el expediente de los desplazados y la visión de la causa palestina y la resistencia.
El legislador indicó a las fuerzas opositoras la importancia de elegir al presidente de la República por entendimiento, diálogo y consenso, y “no por conspirar contra un candidato”, puntualizó.
Días atrás, el líder del parlamento, Nabih Berri, confirmó que la designación del nuevo jefe de Estado solo se logrará por consenso y a través de la vía del diálogo.
El miércoles la unicameral legislatura fracasó por duodécima ocasión en el intento de nombrar al próximo mandatario para prolongar el vacío de poder.
Durante el recuento de los resultados, Azour obtuvo 59 votos y Franjieh recibió 51, para ratificarse como las principales opciones de la comunidad cristiana maronita en ocupar la primera presidencia de la República Libanesa.
En este contexto, el presidente francés, Emmanuel Macron y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, recordaron ayer la necesidad de acabar rápidamente con el vacío político institucional en Líbano.
Mediante un comunicado, la presidencia francesa subrayó que la falta de elección de un presidente hace ocho meses es el principal obstáculo para abordar la aguda crisis socioeconómica que aflige al país levantino.
Bajo un gobierno interino y en ausencia de diálogo político, Líbano atraviesa el cuarto vacío de poder después de su independencia, tras la conclusión del mandato presidencial de Michel Aoun, la noche del 31 de octubre.
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