El desafío de armarlo parece enorme con la existencia aún de 51 amparos ante la Corte Constitucional pendientes de ser resueltos, aunque tres aspirantes a la Presidencia quedaron excluidos (Thelma Cabrera, Roberto Arzú y Carlos Pineda), algo ampliamente criticado.
A medida que se acerca el domingo 25 de junio (fecha de las votaciones) crece el nivel de incertidumbre, pesimismo y, al mismo tiempo, baja la percepción sobre una posible salida a la difícil situación sociopolítica en el corto plazo.
Los 22 partidos envueltos en la contienda agudizan sus acusaciones y aceleran presentaciones con promesas de futuro sin verdaderas pistas de un plan de gobierno concreto, mientras muchos rechazan los resultados de las distintas encuestas.
Los últimos datos de la Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo (CID Gallup), con Pineda fuera del ruedo, situaron a la candidata y exprimera dama Sandra Torres (Unidad Nacional de la Esperanza) a la cabeza del podio.
Le siguen el expresidente del Congreso y exfuncionario de las Naciones Unidas Edmond Mulet (Cabal), y en el tercer puesto Zury Ríos (Valor Unionista), hija del fallecido exdictador (1982-1983) Efraín Ríos Montt, acusado de genocidio.
El postulante oficial al máximo cargo del Estado, Manuel Conde (Vamos), cuarto en el listado de CID Gallup, rechazó recientemente los sondeos “pagados por agrupaciones”.
A su juicio, estos ejercicios “confunden al electorado, atentan contra la democracia, distraen y mueven la atención hacia determinados aspirantes, cuando saben que son perdedores”, afirmó.
En medio de tal escenario, Miguel Martínez, exdirector ejecutivo del extinto Centro de Gobierno de la actual administración, aseguró en un vídeo que Conde llegaría a la segunda ronda de los sufragios.
Analistas advirtieron sobre una maniobra de fondo para hacer que el candidato oficial suba en las posiciones sin que necesariamente goce del respaldo del votante.
Pocos aquí se aventuran a exponer cómo quedarán las piezas en el tablero electoral.Solo —insisten los expertos—continuaráen el poder la coalición de redes económicas y así, cada vez más lejos, la solución a los problemas estructurales del país (racismo, desigualdad, falta de participación política…).
(Tomado de Orbe)