Rompiendo todos los antecedentes, en esta ocasión el candidato a la presidencia de la República por la coalición Juntos Haremos Historia, que integran Morena, y los partidos del Trabajo y Verde, no se elegirá en un congreso partidista, sino en una encuesta popular en la que participa todo el país.
Después de numerosas reuniones internas, en las que se dirimieron discrepancias al respecto, pues hubo una corriente que defendía la forma tradicional de elección de candidato por votación mayoritaria de solo los militantes delegados, ganó la tesis del presidente Andrés Manuel López Obrador de la consulta a la gente.
La dirección del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) confirmó en una reunión este fin de semana, aunque no dieron detalles del proceso todavía en elaboración, que la persona que se elija, además, relevará también a López Obrador en la coordinación de la IV Transformación, el programa político del Gobierno.
El comunicado, distribuido en las redes sociales, señaló que los aspirantes deben seguir los principios de no mentir, no roban y no traicionar al pueblo, respetar al resto de los aspirantes, acatar el resultado de las encuestas, y apoyar al ganador o ganadora del proceso.
También se establece que se tendrá un máximo de 6 aspirantes, cuatro de Morena y uno por cada organización aliada, lo cual significa que no se admite a nadie más por la coalición y queda fuera Yeidckol Polevnsky, quien presentó su candidatura muy tarde.
De acuerdo con Morena los recorridos por los estados federales deben ser austeros, respetuosos, promotores de la unidad dentro del movimiento y apegados a sus principios.
Respecto a los sondeos, precisó que serán cinco: uno a cargo de la Comisión Nacional de Encuestas y cuatro de casas encuestadoras propuestas por aspirantes, aunque no explica si habrá diferencias de objetivos y propósitos entre ellas, o si es para contrabalancear y buscar promedios.
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