Por el momento, la figura cuestionada es el mayor Pedro Lussati, quien hasta hace poco trabajaba en esa dependencia del ejecutivo.
A raíz de las revelaciones sobre los presuntos delitos, el presidente João Lourenço procedió al nombramiento y la juramentación de un nuevo ministro de Estado y jefe de la Casa de Seguridad, Francisco Pereira Furtado, y colocó al frente del Servicio de Inteligencia Militar a João Pereira Massano.
Un reportaje difundido este lunes por la Televisión Pública presentó al mayor Lussati como autor del desvío de grandes sumas de dinero, en dólares, euros y kwanzas, enviadas al extranjero y guardadas en maletas y autos en condominios de lujo en Luanda.
Citado hoy por el diario Jornal de Angola, el procurador general de la República, Hélder Pitta Groz, confirmó las gestiones en curso con vistas a esclarecer el ‘complejo escándalo financiero y patrimonial’ que involucra al militar, según expresó.
Según Pitta Groz, la Procuraduría solicitó la colaboración externa para ayudar al estado angoleño en el esclarecimiento de los hechos, pues parte de los activos malversados están en el extranjero.
Las pesquisas, informó, se hallan en una fase inicial y, debido a su complejidad, la Procuraduría recurrió a especialistas de instituciones como los Ministerios de Finanzas y Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas.
Por su parte, el mandatario João Lourenço, exigió este martes ‘cambios radicales’ en el registro de los efectivos de todos los órganos de Defensa y Seguridad Nacional.
El dignatario exigió ‘coraje y voluntad’ al nuevo ministro de Estado y jefe de la Casa de Seguridad para cambiar ‘radicalmente’ la metodología empleada en el control del personal de los organismos de seguridad en el país.
Como parte de la llamada ‘Operación Carangueijo’, las autoridades procedieron al arresto del mayor Lussati, mientras otros oficiales, con cargos de alta responsabilidad en la Casa de Seguridad, fueron detenidos y exonerados en los últimos días.
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