Por Odalys Troya Flores
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Colombia
“Son, sin lugar a duda, una muy buena noticia para la sociedad colombiana. También para el gobierno del presidente Gustavo Petro, que puede mostrar un avance en el desarrollo de su política de paz total e integral”, afirmó el académico y politólogo Jairo Estrada en declaraciones a Prensa Latina.
Y también para el ELN que reafirma con hechos su voluntad de avanzar hacia una solución política, sin afectación de su visión de paz y fiel a su proyecto político, añadió. Estrada considera que, en cuanto al acuerdo de cese del fuego, debe valorarse como altamente positivo todo lo que se proponga aliviar la vida de la población, hasta ahora afectada por la violencia y el conflicto armado.
“En el caso del ELN es la primera vez que pacta con el Estado colombiano un cese el fuego bilateral; en esta ocasión, por seis meses y con posibilidad de prolongarse, de mantenerse las condiciones que lo hicieron posible”, destacó.
En su opinión, para bien del proceso de paz y su recepción por el conjunto de la población es mucho mejor que las negociaciones se adelanten en un ambiente de limitación extrema o incluso de ausencia de confrontación armada directa.
“La apertura del compás que brinda el cese el fuego seguramente redundará en avances en paralelo en la mesa de negociaciones, y es una oportunidad para que el gobierno -más allá del discurso- demuestre y desarrolle con acciones los contenidos progresistas y populares en que dice inspirarse”, enfatizó.
Subrayó que la concepción de paz que tiene el ELN está ligada a cambios de alcance estructural y estos no se logran con los buenos recursos retóricos del presidente.
Acerca del otro acuerdo, menos comentado en los medios, ha sido el que definió los trazos sobre el punto de participación ciudadana.
“En su diseño, está recogida parcialmente la concepción sobre la política y la acción política. La guerrilla no se entiende como agencia; parte de la naturaleza de su insurgencia es para habilitar otras condiciones de posibilidad para la política y estas deben surgir de un profundo e intenso diálogo nacional”, explicó.
Advirtió que ese acuerdo es el resultado de la persistencia de una idea formulada décadas atrás sobre la Convención Nacional, ahora, con otros alcances, pero esencialmente dentro de la misma lógica, señaló el profesor del Departamento de Ciencia Política y Coordinador académico de la Maestría en Estudios Políticos Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Colombia.
“De la contraparte gubernamental debe destacarse su disposición a considerar un concepto abierto de participación, es decir, a construir; superior a la visión tacaña del gobierno de Juan Manuel Santos en su negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP)”, dijo.
El también director de la Revista Izquierda estima que, más allá de las formalidades en lo que concierne a este punto, está por verse, por una parte, cuáles son las fuerzas y sectores sociales que se comprometerán realmente con ese proceso, y por la otra, qué nuevos contenidos logran desarrollar y sobre todo qué rutas específicas se acuerdan para su materialización.
En tanto, el comandante del ELN Nicolás Rodríguez afirmó que esa fuerza guerrillera colombiana cumplirá el cese del fuego acordado en La Habana con el Gobierno de Gustavo Petro.
«Es un compromiso que el ELN va a cumplir de manera sagrada, de manera responsable, de manera decidida y con plena disposición de la comandancia, de los cuadros medios, de los cuadros de base, de cada combatiente y en eso nos va a respaldar la población que nos apoya», enfatizó.
El también consejero y miembro representante de la Delegación de Paz de la guerrilla, dijo que el ELN considera que también hay disposición del gobierno nacional, encabezado por el presidente Petro que fue a Cuba a comprometerse con los acuerdos firmados en La Habana.
PAPEL DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL, EN PARTICULAR DE CUBA
Estrada comentó a Prensa Latina que hay un indiscutible interés de la comunidad internacional en aportar a la paz de Colombia.
“Tal interés ha coincidido con visiones de las partes negociadoras consistentes en que el acompañamiento internacional contribuye a brindar confianza, se erige en garantía e incluso, en momentos complejos, puede ayudar a la búsqueda de salidas y a la superación de obstáculos”, puntualizó
Consideró que el papel fundamental de Cuba puede ser comprendido en una imagen que de seguro pasará a la historia: su presidente, Miguel Díaz Canel, además de fungir como garante del acuerdo, celebraba el apretón de manos entre el comandante del ELN Antonio García y el primer mandatario Gustavo Petro.
Una imagen similar se vio años atrás en el proceso de Juan Manuel Santos con las FARC-EP, recordó Estrada, intelectual marxista y militante político de izquierda
“Quien estuvo en ese momento, en actitud similar, fue el entonces presidente cubano, el general Raúl Castro. Esas dos imágenes reflejan la continuidad de una política del Estado y del pueblo cubano, profundamente comprometida con la paz de Colombia”, resaltó.
Rememoró que esa política tiene antecedentes que se extienden a la década de los ochenta del siglo pasado y que se encuentran muy bien narrados en el libro de Fidel Castro La paz en Colombia, publicado en 2008.
“Por ese compromiso irrestricto, humanista y solidario, Cuba ha tenido que pagar el precio de la injusticia, expresada en su inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo que elaboran los Estados Unidos, luego de la infame gestión del gobierno de Iván Duque, en acción mancomunada con la mafia cubano-americana y la derecha republicana trumpista.
Y vaya contrasentido, que se sigue prolongando hasta el presente y debería terminar: un garante del proceso de paz en Colombia es al mismo tiempo un presunto ‘patrocinador de terrorismo”, ironizó.
IMPORTANCIA DE ESTOS AVANCES EN LOS DIÁLOGOS DE PAZ EN AMÉRICA LATINA
Colombia es el único país de Nuestra América en el que persisten un conflicto armado y la última guerrilla revolucionaria, surgida entre otras cosas, al calor de los impactos políticos y culturales que produjo el triunfo de la Revolución cubana, señaló.
Según el académico, el proceso con el ELN aún está en sus prolegómenos, en tanto que los temas sustantivos para aproximar un acuerdo de paz todavía no se han abordado, todo acuerdo parcial impacta positivamente en la región.
El difícil camino de la construcción de la paz en Colombia se inscribe dentro de una de las aspiraciones fundacionales de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC), hoy plenamente vigente: hacer de la América Latina, un territorio de paz.
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