Tras 12 fracasos legislativos, el representante del bloque Lealtad a la Resistencia subrayó que no es permisible seguir lidiando con las políticas de desafío, pues Líbano es un país basado en el consenso y el diálogo.
Durante una reunión en la ciudad de Al-Muallaqa, en la Bekaa, el legislador enfatizó en la urgencia de asumir responsabilidades de acuerdo con la situación colapsada de la nación.
En este sentido, insistió en la necesidad de trabajar duro y rápido para salir de la crisis y para ello el comienzo es lograr un acuerdo sobre el nuevo jefe de Estado.
A propósito, reforzó el apego a la candidatura del líder del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh; a la vez que repudió la postura de la oposición de una nominación del desafío y para cortar el escenario.
El parlamentario abogó por una mayor confianza entre todos para alcanzar los méritos requeridos al nivel del diálogo y ofrecer respuestas a la crisis sin esperar soluciones del exterior.
Sobre este tema, Abu Hamdan aclaró no rechazar ningún esfuerzo de los países que son realmente amigables con Líbano para desempeñar un papel positivo en la materialización de la elección presidencial.
Ante las dificultades en las instituciones estatales, llamó a todos a acelerar el trabajo para terminar con las disparidades a fin de ayudar al país a levantarse de la crisis económica, financiera y social.
El pasado 14 de junio, el Parlamento de Líbano repitió la misma escena de las 11 sesiones anteriores cuando ningún representante de la comunidad cristiana maronita sumó el apoyo de la mayoría.
Según el conteo de votos, el exfuncionario del Fondo Monetario Internacional Jihad Azour obtuvo 59 papeletas a su favor y Suleiman Franjieh alcanzó el respaldo de 51 diputados, válido para ratificarse como las principales opciones para ocupar la presidencia de la República
Bajo un gobierno interino, Líbano sortea las problemáticas del cuarto vacío de poder después de la independencia en 1943, luego del fin del mandato de Michel Aoun, el 31 de octubre anterior.
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