Ese registro de abril confirma la aceleración de una tendencia iniciada a principios de año, debido a un incremento del costo de los combustibles, que el pasado mes fue el más elevado desde septiembre de 2008, precisa un comunicado de la OCDE.
Los precios de los alimentos, sin embargo, se ralentizaron hasta el 1,6 por ciento en comparación con el aumento del 2,7 en marzo.
‘La evolución de los precios de la energía y los alimentos está muy relacionada con el impacto que tuvo la pandemia de la Covid-19 hace un año’, advierte la OCDE.
Por países, menciona el texto que la inflación en Estados Unidos fue la más marcada al subir un 4,2 por ciento, también sobresalió México con una tasa del 6,1 por ciento, la segunda más elevada de los 38 miembros de la organización solo por detrás de Turquía (17,1 por ciento), un país afectado por la depreciación de su moneda.
En la zona euro la inflación interanual en abril se situó en el 1,6 por ciento, tres décimas más que en marzo.
Según el reporte de la OCDE, la subida de los precios se produce por el encarecimiento del petróleo, que no deja de ascender.
En los últimos 12 meses el petróleo intermedio de Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, acumuló un alza del 127 por ciento al cierre de la semana pasada, el del crudo del mar del Norte, el Brent seguido en Europa, era de 133 por ciento, y el de la Organización de Países Exportadores de Petróleo 167.
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