En la Policía la tasa de suicidios es de 63 por cada 100 mil habitantes y la general del país es de 21 por cada 100 mil, asegura la prensa aquí.
Las propias fuentes apuntan que en lo que va de año ocho uniformados se quitaron la vida. El jueves último fue un oficial y el viernes una policía, con lo que suma cuatro en lo que va de junio.
Por su parte los sindicatos policiales aseguran que el fenómeno tiene estrecha relación con el hostigamiento de los mandos, amenazas y presiones para que se reintegren al trabajo, pese a estar bajo certificado médico.
De su lado el ministro del Interior, Luis Alberto Heber considera que la falta de agentes en las calles se debe a las certificaciones médicas.
El Sindicato de Policías Agremiados del departamento de Canelones (Sidepac) consideró en un comunicado que las declaraciones de Heber «no fueron felices» y que «los olvidados del sistema siguen siendo rehenes de una administración sin rumbo».
El gremio solicitó la remoción de todo el equipo del Departamento de Salud Mental de Sanidad Policial, y también de los responsables de los Centros Auxiliares Sanitarios.
“Esta emergencia no resiste más improvisaciones, requiere de medidas urgentes y concretas”, concluyó e comunicado respecto a los suicidios en las filas policiales.
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