El representante centrista Yair Lapid anunció que logró confeccionar un nuevo gabinete, el cual de ratificarlo la Knéset (parlamento) será liderado por el ultranacionalista Naftali Bennett durante los dos primeros años y él asumirá la dirección los dos siguientes.
En círculos políticos locales se considera que la alianza posterior a la denominada era Netanyahu es muy heterogénea, con discrepancias en casi todos los temas, desde la relación con los palestinos, la reactivación económica o el lugar que ocupa la religión.
Para algunos observadores su único punto de convergencia es el deseo de sacar al actual primer ministro del poder, adonde llegó por primera vez hace 25 años y gobernó de 1996 a 1999 antes de ser reelecto en 2009, aunque le acecha la justicia con tres causas por corrupción, con todo lo cual su final en la administración parece predecible.
‘Este Gobierno hará lo posible para unir a todos los sectores de la sociedad israelí’, aseguró Lapid Rivlin, a quien ahora sucederá en el cargo el laborista Isaac Herzog.
En un comunicado, el político centrista le informó al jefe de Estado que alcanzó el número de bancas necesarias para asumir el poder, por lo cual Rivlin le felicitó y a los líderes de los partidos por su acuerdo para formar Gobierno y dijo: ‘Esperamos que la Knéset se reúna lo antes posible para ratificar a ese Ejecutivo.
‘Esta es una noche de gran esperanza. Felicito a mis socios en el bloque del cambio y le deseo un gran éxito al Estado de Israel’, tuiteó el ministro de Defensa, Benny Gantz, quien podría continuar en el cargo en el nuevo gabinete, mientras que la cartera de Justicia la ocuparía Guideon Saar y Avigdor Lieberman, la de Finanzas.
Los principales líderes de la alianza son Yair Lapid y Naftali Bennett, y sobresalen en la coalición los ultranacionalistas del partido Israel Beitenu, de Lieberman; y Nueva Esperanza, de Gideon Saar; el moderado Azul y Blanco, de Gantz; el Laborismo y Meretz, dos fuerzas consideradas de centroizquierda, así como el islámico palestino Raam.
Es de destacar que la última vez que una formación árabe apoyó un ejecutivo israelí, aunque sin formar parte de su nómina, fue en 1992 durante el ‘Gobierno de la paz’, del asesinado Isaac Rabin.
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