El Ministerio de Exteriores marroquí expresó en un comunicado la “fuerte condena a este ataque y su rechazo de este acto inaceptable”.
La profanación del texto islámico fue organizada por un kurdo iraquí y autorizada por la Policía sueca según la cual “los riesgos de seguridad asociados al hecho no fueron de una naturaleza que pudiera justificar el rechazo a la propuesta según las leyes en vigor”.
Sin embargo, dos semanas atrás el cuerpo negó permisos para otras dos manifestantes que incluían la quema de ejemplares del texto sagrado musulmán.
El Corán es el libro sagrado de los musulmanes, representa la palabra de Alá revelada al profeta Mohamed a través del arcángel Gabriel y abarca el credo de la religión que profesan mil 500 millones de fieles en todo el mundo.
Para unir injuria al insulto, el sacrilegio ocurrió al inicio de Eid el Adha (Fiesta del Sacrificio) que rememora la obediencia de Abraham cuando estuvo dispuesto a sacrificar a Ismael, su primogénito y progenitor de los árabes, según la tradición, para demostrar sumisión a un Dios único.
En el trasfondo del incidente subyacen las tensiones entre Suecia, un país de mayoría cristiana, con Turquía, donde el común de los habitantes profesan el Islam, debido a la oposición del segundo al ingreso del primero a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
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