Gali, también secretario general del Frente Polisario, en una misiva dirigida al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió además que desde comienzos de la pasada semana las fuerzas represivas de Rabat, incluida la gendarmería y tropas auxiliares, derribaron e incendiaron casas y chozas en áreas rurales.
Señaló, asimismo, que las autoridades de ocupación prosiguen con la confiscación de tierras propiedad de saharauis, las cuales entregan a colonos de Marruecos e inversionistas extranjeros para consumar la condición colonial de la RASD.
Al respecto refirió que el Frente Polisario (FP) condena esa nueva escalada de violencia contra los saharauis, la cual deviene un episodio más de terrorismo sistemático y es parte de la política de tierra arrasada aplicada por el estado ocupante.
Reafirmó en el documento que, debido a la violación por el agresor del alto al fuego, desde el 13 de noviembre de 2020 todo el territorio de la RASD, incluido su espacio terrestre, marítimo y aéreo, es una zona de guerra abierta.
En medio de esa situación -expresó el mandatario-, por otro lado reclamamos la atención del líder de Naciones Unidas y de los integrantes del Consejo de Seguridad de ese organismo para que sean liberados los presos políticos del Sahara Occidental, los cuales viven en condiciones deplorables en cárceles de Rabat.
Por último, el Jefe de Estado enfatizó en la necesidad de que la ONU establezca un mecanismo independiente para la protección de los derechos humanos de los saharauis en el territorio donde se encuentra la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental.
Según diversas fuentes, desde el 31 de octubre de 1975 las fuerzas militares de Marruecos ocupan de forma ilegal territorios del Sáhara Occidental, sin tener en cuenta el fuerte rechazo hacia esas acciones por la comunidad internacional.
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