Según pudo constatar Prensa Latina, el cuerpo calcinado de un motociclista yacía en la céntrica avenida de Delmas junto a su vehículo y los residentes culparon a las bandas que operan en la zona.
En la acomodada barriada de Petion Ville la policía utilizó profusamente gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, al tiempo que marchantes incendiaron un carro y apedrearon otros, mientras en esta misma zona varias personas sufrieron heridas de balas, entre ellas un periodista.
La multitudinaria manifestación reclamaba al presidente Jovenel Moïse aceptar el fin de su mandato, que alegaba concluyó el 7 de febrero de acuerdo con la Constitución vigente.
Esta lectura la apoyan disímiles organizaciones sociales, el Poder Judicial, federaciones de abogados y los líderes religiosos, sin embargo, Moïse insiste en que juró en 2017 por un periodo de cinco años y reiteró que continuará en el cargo hasta el próximo año para reformar la carta magna y realizar elecciones.
El gobernante aún cuenta con el apoyo de Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Unión Europea y la Comunidad de Caribe, que recientemente se pronunciaron a favor de un proceso electoral transparente y democrático.
La postura de los organismos internacionales ante la crisis de Haití fue duramente criticada por los manifestantes, que rechazaron la injerencia en los asuntos internos del país y cuestionaron el balance de los 13 años de las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU.
Para este lunes se espera otra jornada de protestas tanto en la capital como en otras ciudades, mientras que en la norteña urbe de Port de Paix ocurren los carnavales nacionales.
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