“Adoptamos un ambicioso plan de acción para el relanzamiento de la alianza estratégica” entre ambos países, afirmó Lula esta semana al lado de Fernández, quien visitó el gigante sudamericano por cuarta vez en el año dentro del marco del aniversario 200 de las relaciones diplomáticas bilaterales.
Antes de galardonarlo con el gran collar de la Orden Nacional del Cruzeiro do Sul, el gobernante anfitrión anunció en el Palacio de Itamaraty (sede de la Cancillería) que se trabaja en la creación de una línea de financiamiento integral de exportaciones brasileñas a Argentina.
“No tiene sentido que Brasil pierda espacio en el mercado argentino ante otros países porque estos ofrecen crédito y nosotros no”, señaló. Refirió que se avanza en esa dirección, con nuevas y creativas soluciones que permitan una mayor integración financiera y faciliten los intercambios.
Entre las opciones—detalló—está la adopción de una moneda de referencia específica para el comercio regional, la cual no eliminará las respectivas monedas nacionales.
Argentina es el tercer mayor socio comercial de Brasil en el mundo, detrás de China y Estados Unidos; en Sudamérica, es el principal, pero enfrenta una grave crisis económica, con devaluación de la moneda local, pérdida del poder adquisitivo y altos índices inflacionarios.
Entre las 100 acciones anunciadas por ambos mandatarios está la línea de financiación para exportaciones con participación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, y en especial la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Buenos Aires sostiene la propuesta de una tubería de gran calibre entre las reservas de gas de esquisto de Vaca Muerta y elgigante sudamericano.
El Gobierno brasileño atribuye un carácter “estratégico y prioritario” a las relaciones con el país vecino, eje fundamental del Mercado Común del Sur, bloque formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, y del proceso de unidad sudamericana.
Para Lula, “la integración es una política de Estado y nuestra alianza debe ser cultivada al más alto nivel”. Fernández, por su lado, asegura que “Brasil y Argentina nacieron para estar indisolublemente unidos”.
(Tomado de Orbe)