La decisión, anunciada este domingo por los canales oficiales y retomada por los medios de prensa, sigue en pocas horas a la comunicación sobre el fin de la misión pacificadora de la ONU en este país africano y en una semana al referendo para la redacción de una nueva Constitución.
Los cambios en la cúpula gubernamental no alcanzaron carteras estratégicas; el rasgo más sobresaliente es la salida del consejo ministerial del representante para la Coordinación de los movimientos Azzawad, las agrupaciones rebeldes del norte del país enfrentadas con sucesivos gobiernos centrales.
El nuevo equipo inicia sus funciones con la carta blanca que le otorgó la aprobación del boceto de nueva Constitución propuesto por la junta castrense encabezada por el coronel Assimi Goita, en el poder desde mayo de 2021.
El gobierno militar maliense atraviesa una difícil situación económica y de inestabilidad política debido a la acción de las entidades islamistas que controlan vastas zonas del norte del país.
A mediados del año pasado el gobierno castrense demandó la salida del contingente militar estacionado en el país a cuyo mando acusó de conspirar en su contra con esos grupos armados.
En septiembre último las autoridades malienses presentaron ante el Consejo de Seguridad de la ONU evidencias del alegado apoyo a grupos terroristas por parte de las tropas francesas estacionadas en su territorio.
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