Tras un parto forzado, el Frente no acaba de cuajar como alianza de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), para intentar derrotar a la coalición Juntos Hacemos Historia que lidera Morena.
Sus líderes han generado un guirigay de tal magnitud, que de los 14 enlistados para competir por ser el candidato presidencial, ya cuatro se han salido por dudas en el proceso electivo y la encuesta popular que iba a ser su base.
Las condiciones para ser precandidatos les parecen escabrosas pues deberán contar con el respaldo de simpatizantes, militantes de los partidos y miembros de la sociedad civil, y además, con 150 mil firmas (electrónicas) que deberán ser registradas mediante una plataforma controlada por los partidos que no han explicado su mecanismo de verificación.
Después de esos pasos vendrán varios más no bien definidos todavía, como los denominados foros y estudios de opinión pública, en cuyo desarrollo irán rodando cabezas hasta dejar solamente tres finalistas entre los cuales surgirá el candidato presidencial que se conocerá el 3 de septiembre. Ya se han bajado cuatro de la lista de los ungidos, todos preminentes, como las legisladoras Lilly Téllez (PAN), Claudia Ruiz Massieu (PRI), el empresario Gustavo de Hoyos, y el priista Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca.
También está claro que la encuesta no es popular ni definitiva pues un 50 por ciento del resultado lo determinarán las dirigencias de los tres partidos, y el otro 50 por la consulta ciudadana, sin que ninguno tenga un mecanismo de verificación.
Es el argumento principal esgrimido por los que han renunciado y que dan razón a López Obrador cuando afirmó que el candidato ya está escogido y todo lo demás es pura farsa.
Las especulaciones dan vuelo a la senadora Xóchitl Gálvez del PAN que, a pesar de su magro currículo político, empezó de improviso a aparecer en las portadas de diarios a partir de una calistenia mediática en las afueras del Palacio Nacional para exigir la dejaran participar en una conferencia de prensa matutina del mandatario.
Otro que gana centimetraje en la pantalla chica es Santiago Creel, también del PAN quien, como presidente de la Cámara de Diputados, es el encargado de dirigir las bancadas opositoras en las votaciones contra cualquier iniciativa enviada por el Ejecutivo o propuesta por Morena.
Los demás aparecen como figuras de relleno, según la apreciación de Morena, tomando en cuenta sus oscuros pasados conocidos por los mexicanos, como Miguel Ángel Mancera, jefe del gobierno de Ciudad de México bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto que enfrentó procesos judiciales por enriquecimiento ilícito de los cuales, aunque estuvo encarcelado, salió libre.
Hay disgusto a lo interno del PRI porque todo hace pensar que son ciertas las especulaciones de que ese partido cedió ante el PAN para que sea el que elija entre sus filas al candidato presidencial común. Otra muestra de la debilidad priísta.
El guirigay dentro y entre los partidos, y con empresarios, exvicepresidentes a lo lejos como Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón desde España, o Vicente Fox todavía en el patio, encoge al Frente Amplio que se puede desinflar como ya sucedió con la anterior alianza Va por México.
Llama la atención que uno de los que se bajó del caballo sea el empresario De Hoyos, uno de los creadores del Frente dirigido por Claudio X González, lo que hace presumir discrepancias en la cúpula empresarial también.
¿Qué pasará a partir de mañana, o si López Obrador acierta en el nombre del ungido? ¿Se mantendrá el Frente? ¿Perdurará la inestable alianza PAN, PRI, PRD?, son las preguntas que se formulan muchos, incluso dentro de ese aglomerado de partidos y empresarios con tan poco aglutinante.
mem/lma