La mayoría de estos menores proceden de regiones cercanas a la frontera de Tecún Umán, ubicada en extremo occidental del departamento de San Marcos, de acuerdo con datos divulgados por la Procuraduría General de la Nación (PGN).
La propia entidad describió que su personal les brinda atención y da acompañamiento en el traslado al hogar temporal, donde son resguardados mientras se realiza la reunificación con sus seres queridos.
La PGN registró mayores ingresos en los meses de marzo con 234, mayo con 197 y junio con 187, en tanto los departamentos con mayor índice de niñez migrante son: Huehuetenango, Quiché y San Marcos.
Del total de los recibidos, sumó 322 de género femenino y 745 masculino, quienes –según advierten analistas- pudieron acabar en casas de “patrocinadores” sin garantías o explotados en diferentes trabajos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos reportó la entrada de más de 44 mil “menores no acompañados” al país desde México, solo de enero a abril.
En esta nación centroamericana sobresalen las exposiciones sobre niños dispuestos, al menos una vez, a cruzar ríos, desiertos, ciudades desconocidas y territorios controlados por narcotraficantes.
La violencia y las condiciones económicas –señalan entendidos- los impulsan a emprender el camino al norte, sin que destaquen políticas gubernamentales integrales para hacer frente a este fenómeno.
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