Aunque el tesoro deberá ser restituido a una familia judía, las reliquias permanecerán en exhibición hasta que regresen a sus dueños originales.
Mientras, los objetos parcialmente dorados, están entre los ejemplos más importantes de la joyería neerlandesa del siglo XVII, según señaló la galería.
El Rijksmuseum adquirió cuatro saleros fabricados por el orfebre neerlandés Johannes Lutma (1584-1669), platería perteneciente a una mujer judía antes de la Segunda Guerra Mundial, las cuales se vendieron luego en subasta y las ganancias fueron confiscadas por los nazis.
Dos de los saleros se exhiben en el Rijksmuseum desde la década de 1960, y los otros en el Museo de Ámsterdam.
Antes de la contienda estos objetos eran propiedad de Emma Budge (1852-1937) y Henry Budge (1840-1928), una pareja judía de Hamburgo que acumuló una extensa colección de arte.
Tras la muerte de la dama en 1937, los recipientes se vendieron en una puja en Berlín, y las ganancias confiscadas por el partido nazi alemán (Nsdap).
Más tarde acabaron eventualmente en la colección del empresario neerlandés Willem Dreesmann, y en 1960, el gobierno adquirió las piezas, también en una licitación.
Sin embargo, después de que la dirección de este país europeo obtuvo la orfebrería, el Comité Neerlandés de Restituciones decidió recientemente que los saleros, remontados en pares a 1639 y 1643, debían ser devueltos a los descendientes de Budge, pues fueron traspasados en un proceso sospechoso, confirmó el museo.
El artista de la orfebrería Lutma trabajó como platero en esa época y fue uno de los más importantes de Ámsterdam, amigo, además, de Rembrandt, quien lo retrató en uno de sus cuadros.
A partir del 6 de septiembre, los cuatro saleros estarán expuestos juntos -y no como hasta ahora de dos en dos- el Rijksmuseum como parte de una exposición especial que contará la historia de Budge, Lutma y las piezas en sí, “obras maestras indiscutibles”, según la galería.
Este caudal artístico se encuentra entre las pocas piezas del orfebre que sobrevivieron hasta nuestros días, precisó el Rijksmuseum.
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