El miércoles la República Popular Democrática de Corea (RDC) realizó un lanzamiento de prueba del misil balístico intercontinental (ICBM) que funciona con combustible sólido.
En una declaración conjunta, 10 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, incluida Corea del Sur, condenaron la prueba y señalaron que los 20 lanzamientos de misiles balísticos de a RPDC este año son “violaciones flagrantes de múltiples resoluciones” de este organismo.
Kim Yo Jong calificó la declaración de “injusta y parcial”, y acusó a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU de ignorar “la amenaza y el chantaje nuclear peligroso” de Estados Unidos.
La funcionaria aseguró que el lanzamiento de un misil balístico intercontinental de combustible sólido Hwasong-18 es un ejercicio justo que entra dentro del derecho a la autodefensa como respuesta a la política hostil de Estados Unidos.
“Debido a las provocaciones agresivas de Estados Unidos, más allá de su preparación militar, la situación en la península de Corea ahora se dirige hacia el umbral del enfrentamiento nuclear, y el estallido de una guerra nuclear no es hipotético, sino que se convierte en una realidad miserable que países de la región del noreste de Asia tienen que afrontar en un futuro próximo”, aseveró Kim.
El reciente lanzamiento no perjudicó nada a la seguridad marítima y aérea internacional, ya que fue efectuado del modo más seguro tomando en seria consideración los peligros latentes que puedan afectar a la seguridad de los países vecinos, afirmó la alta funcionaria.
Asimismo, advirtió a Estados Unidos que Pyongyang seguirá construyendo el sistema de disuasión nuclear “más abrumador” hasta que Washington renuncie a su política de confrontación hacia la RPDC.
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