Por Raixa Llauger y Eva Bravo
Oficial de Agricultura y especialista de Sanidad Agropecuaria de FAO, respectivamente
A juicio de expertos, la miasis causada por el GBG es de las dolencias más dañinas para los animales, la cual además de representar un grave problema sanitario para los países productores, genera grandes pérdidas económicas al reducir la productividad de carne y leche.
También puede causar muerte, limitar el comercio internacional y originar altos costos que se derivan de la atención de las heridas y el uso de insecticidas para prevenir y controlar la miasis, con repercusiones en la salud pública.
PRIMERAS MEDIDAS
A partir de la creación de la Técnica de Insectos Estéril, es en la década de los treinta del siglo pasado, y de la implementación de los programas de erradicación, que ha sido factible la eliminación del parásito en Norteamérica, Centroamérica y algunas islas del Caribe.
Ello crea además una barrera permanente de protección en la provincia de Darién, en Panamá, para la protección de la ganadería del norte del continente que genera millones de dólares en ahorros a los productores.
Para lograr lo anterior, así como para evitar la introducción y propagación del parásito a las regiones ya liberadas, ha sido imprescindible la cooperación y coordinación multilaterales entre las instancias responsables de la sanidad y producción pecuarias, así como de la salud pública, tanto privadas como gubernamentales de países que implementan esos programas.
La más reciente declaración de emergencia zoosanitaria del Gobierno para controlar los brotes de GBG nos llevan a reflexionar sobre la importancia de la sanidad agropecuaria en la seguridad alimentaria y sus repercusiones en la economía.
Aplicar con urgencia acciones para el control de esta emergencia requiere la movilización de recursos para la aplicación de medidas efectivas como el control de animales y rastreos epidemiológicos para la detección oportuna de los casos.
También es importante la educación sanitaria a los productores enfocada principalmente en la curación de las heridas de los animales y la liberación en campo del insecto estéril, herramienta que ha dado excelentes resultados junto a otras medidas en campo.
El pasado 12 de julio, el Ministerio de la Agricultura (MIDA) de Panamá confirmó que liberó 15 millones de moscas estériles, medida que busca controlar la plaga.
De acuerdo con el comunicado de la institución y la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG) se intensifican otras acciones.
Las moscas estériles se dispersaron en las provincias de Panamá Oeste, Coclé, la región de Azuero y hasta Veraguas y se realizaron 590 rastreos y visitas a productores en las zonas afectadas.
Una vez controlada la situación en Panamá cobra vigencia la visión de la FAO para la Supresión y Erradicación Progresiva del GBG en el Continente Americano que plantea la posibilidad de continuar la erradicación del parásito en forma progresiva.
En esa ocasión se aplicaron experiencias conjuntas de FAO y de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) en la eliminación de otras enfermedades como la Peste Bovina, la Peste Porcina Clásica, la Fiebre Aftosa en varios países de América del Sur y actualmente la Peste de los Pequeños Rumiantes.
Solo de esta manera es posible avanzar en la lucha para el control y la erradicación de enfermedades con el fin de garantizar la seguridad alimentaria de los pueblos y alejar de nuestras fronteras los riesgos sanitarios que aun amenazan el continente.
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