El balance hoy de analistas y observadores es que la vicepresidenta segunda y líder del movimiento Sumar, Yolanda Díaz, se llevó la mejor parte; el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, recuperó crédito; y el líder del ultraderechista Vox, Santiago Abascal, no aprovechó la oportunidad.
Último debate antes del llamado a las urnas del 23 de julio, la ausencia del favorito y presidente del conservador Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, dejó en el aire su muy posible alianza con Vox y no se vieron muchas distancias entre las dos fuerzas de la derecha.
El negacionismo de Abascal con el cambio climático, la violencia de género, la agenda 2030 de Naciones Unidas, rechazo a la comunidad LGTBI y contrario a la Ley de Memoria Democrática, la inmigración y la Reforma Laboral vigente, fueron temas varias veces rechazados por Díaz y Sánchez.
Empero, el PP de Feijóo se dio por satisfecho y considera que estar ausente por voluntad propia del encuentro en TVE, le sirvió para consolidarse como la mejor opción para los españoles, según sus portavoces.
Abascal no defendió en ningún momento a Feijóo, pero se sintió a gusto cuando fue señalado por los otros invitados como potencial vicepresidente de un eventual gobierno de la derecha en España.
Díaz y Sánchez, salvo ligeras diferencias, establecieron un frente común contra el titular de Vox, en un incisivo intercambio de cuestionamiento, pero alejado del tono agresivo y poco respetuoso del cara a cara que sostuvieron el actual jefe del Ejecutivo con el mandamás del PP.
La máxima representante de Sumar se lució en su defensa a las mujeres en todos los estamentos de la sociedad y ante la violencia machista en España.
«Respétenos, porque no somos una mercancía electoral las mujeres», espetó Díaz al líder de Vox en uno de los momentos más tensos de la jornada.
También ponderó el derecho de cualquier persona a decidir sobre su sexualidad y deploró que una integrante de Vox llamara enferma a una conocida luchadora trans en un debate reciente.
Sánchez, por su parte, afirmó que el hecho de que Feijóo declinara confrontar con ellos se debía a que se avergüenza de comparecer junto a Abascal, no de recibir sus votos.
Asimismo, remarcó a Abascal que igualdad de género no es un asunto ideológico, sino un derecho humano.
Empero, es poco probable que el espacio televisivo haya cambiado la tendencia, según la cual la derecha regresará al poder en España en las elecciones del domingo.
Igual el PP tendría que conseguir mayoría absoluta parlamentaria (176 escaños) para instalarse en solitario en el Gobierno, lo cual evitaría un pacto con Vox.
De todas formas, la batalla campal se desarrolla en ciudades y municipios españoles en la pugna por conquistar el poder, que marcará los derroteros del país ibérico en los próximos cuatro años, sin límites de mandatos.
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