A través de su perfil en la red social Twitter, Cleverly criticó una declaración de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde se reconoce la importancia del diálogo y el respeto al derecho internacional en la solución pacífica de controversias.
Reafirmamos, además, nuestro compromiso con los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas (ONU), incluida la igualdad soberana de los Estados y el respeto a su integridad territorial, añade el texto emitido en la III Cumbre de esos organismos.
También en Twitter, Cafiero cuestionó las afirmaciones de Cleverly sobre una votación realizada en 2013 sobre el estatus de las islas, la cual no fue reconocida por la ONU.
Le recuerdo que, conforme a la Resolución 1514 de la Asamblea General, la autodeterminación no resulta aplicable a los habitantes de Malvinas, escribió el canciller argentino.
El pretendido “referendo» que invoca no tiene valor para el Derecho Internacional ni modifica lo estipulado por las más de 50 resoluciones de la ONU, ni la obligación de Reino Unido de poner fin al colonialismo en todas sus formas y resolver la disputa pacíficamente, añadió.
Asimismo, señaló que, en un mundo en el que las relaciones internacionales deben estar basadas en reglas, es fundamental el respeto de las leyes y, especialmente, de la integridad territorial de los Estados.
Agradecemos las recientes expresiones categóricas de la Celac y la UE al respecto. Le reitero nuestra propuesta de adoptar una nueva agenda bilateral relativa al Atlántico Sur y retomar el proceso formal de negociaciones dentro del marco de la Resolución 2065 de la Asamblea General, concluyó.
En su Constitución, Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes.
La recuperación de esas áreas, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios y leyes internacionales, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo de esta nación, señala la Carta Magna.
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