El arma, construida en 1910 de acero y oro en España, estuvo en la isla durante años presuntamente llevada allí por algún revolucionario.
Fue un regalo del presidente Francisco I Madero a Pancho Villa, a quien admiraba, un sentimiento mutuo, pues fue el Centauro quien bautizó con su nombre la actual calle más concurrida en el Centro Histórico capitalino.
En su visita a Cuba en mayo, el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez le entregó el arma devuelta por Javier Leal, hijo del historiador Eusebio Leal, cumpliendo así el deseo y petición de su padre de que le fuera devuelta a México.
El histórico revólver calibre 38 milímetros, estuvo en el Museo Nacional de Antropología e Historia en Ciudad de México, pero hoy le fue entregado en la ceremonia al secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval para que sea reintegrado al patrimonio nacional y ocupe su lugar en el Museo de la Revolución de Chihuahua.

Ese hecho fue mencionado en el acto donde solamente hablaron el historiador Pedro Salmerón y el gobernador de Durango, Esteban Villegas, quien acompaño a López Obrador en la ofrenda floral junto al monumento a Villa.
Las fuerzas armadas, y un pelotón de ceremonias, rindieron honor al héroe con una parada militar que cerró el homenaje al centauro.
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