Subrayó que es importante que tanto los congresistas como la ciudadanía deben tener clara la posición del Gobierno, qué es lo que pretende y para dónde va.
«Nosotros queremos construir de Colombia una potencia mundial de la vida, no es un eslogan de campaña como tantos, es un concepto. Creemos que en el escenario actual sí puede serlo, de volver la vida un eje de lucha política y social», manifestó.
El jefe de Estado subrayó que es necesario alcanzar la justicia social y la justicia ambiental, que son los ejes que alumbran los proyectos de su gobierno.
En función de esos objetivos -dijo- es necesario el cambio de la matriz energética ante el peligro de la existencia humana.
Aseguró que no es fácil lograr los cambios y ha encontrado fuerzas, incluso al interior del Estado que se oponen a esas proyecciones, manifestó.
Por otro lado, señaló que el problema que ha generado los conflictos y la violencia a lo largo de la historia del país es el de la tierra.
Para lograr el desarrollo industrial del país, primero es necesario concretar la reforma agraria, enfatizó el mandatario.
Si se hace una reforma agraria «se amplía el mercado interno, se libera la fuerza de trabajo de la tierra y por tanto se pondrían las condiciones fundamentales para la industrialización», subrayó el gobernante ante los congresistas.
Para el presidente, la tenencia de la tierra en Colombia, con excepciones «es feudal, premoderna, anacrónica y es profundamente irracional tener miles de hectáreas sin producir una sola mata de yuca mientras el pueblo se muere de hambre y la humanidad se muere de hambre».
En los tiempos de la crisis climática la tierra se reduce y la posibilidad de la seguridad alimentaria se desploma y obliga a millones de africanos emigrar hacia Europa, donde «los esperan campos de concentración y los esperan fusiles, por eso el fascismo crece en Europa», alertó.
En tal sentido, llamó al Congreso a propiciar una reforma agraria en Colombia por la vía de las normativas.
Acerca de este tema explicó que el Acuerdo de Paz de 2016 estableció el compromiso ante la comunidad internacional sobre la titulación de tierras.
«En el Acuerdo de Paz se habló de titular siete millones de hectáreas, nosotros hemos titulado un millón. El Gobierno anterior transfirió 13 mil hectáreas a campesinos en cuatro años, y en nuestro Gobierno van 30 mil hectáreas, en un año», destacó.
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