El proyecto más avanzado está en debate dentro del Ministerio de Justicia y, luego de las embestidas contra De Moraes y familiares, ganó fuerza la demanda de la PF, refiere la publicación Correio Braziliense.
Apunta que, después del ataque contra el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), en la terminal aérea Fiumicino, en Roma, crecieron entre los tres poderes los desasosiegos con autoridades en el exterior.
Refiere que, si la embestida contra el magistrado hubiera tenido lugar en una calle, hotel o local con menor seguridad, poca circulación de personas y lejos de agentes italianos, la agresividad podría ser mayor.
En razón de eso, los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo evalúan medidas para aumentar la protección de sus integrantes fuera del país.
Actualmente, por ley, el presidente de la República, el vice y exjefes de Estado tienen derecho a la seguridad proporcionada por la corporación y estas autoridades son llamadas dignatarios.
Sin embargo, integrantes de los tres poderes que soliciten refuerzo en la seguridad pueden tener las solicitudes atendidas.
El análisis es hecho caso por caso. Se espera que el contingente destinado a estas asignaciones se amplíe en los próximos meses.
La división en una nueva dirección, de acuerdo con fuentes escuchadas por el medio, resulta una petición emitida a comienzo de año y tiene por objetivo organizar el sector.
Hace meses la propuesta permanecía congelada, sin recibir atención. Ahora, con el ataque contra De Moraes, el proyecto está siendo tomado en consideración y ganó apoyo de la cúpula del órgano.
El medio precisa que, según fuentes en el Supremo, los ministros cuentan con equipo de seguridad en territorio nacional y el exterior, pero la mayoría de los magistrados declina ser acompañados por agentes, al estar de vacaciones, con la familia o considerar innecesaria la vigilancia.
Cuando fue atacado en Roma el 14 de julio, De Moraes regresaba del Foro Internacional de Derecho, en la Universidad de Siena, y no estaba acompañado por seguridad.
Simpatizantes confesos del exmandatario Jair Bolsonaro, el empresario Roberto Mantovani, su esposa, Andréia Munarão, y el yerno de la pareja, Alex Zanatta, enfrentan en la PF una investigación por agredir en el aeropuerto romano al ministro del STF y a su hijo.
La mujer llamó de «bandido, comunista y vendido» al letrado por su actuación en cuestiones contrarias relacionados con el político ultraderechista.
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