Tras idas y venidas, la competencia quedó reducida a dos fórmulas, la más polémica integrada por dos bancadas de posiciones encontradas, la del izquierdista Partido Perú Libre y, en las antípodas, la del neoliberal Fuerza Popular y grupos aliados a esta.
La otra lista de candidatos agrupa a grupos progresistas como Juntos por el Perú y dos escisiones de Perú Libre. Ambas fórmulas postulan a la presidencia del Legislativo a congresistas de centro, la primera a Alejandro Soto, de Acción Popular, y la segunda a Luis Aragón.
La primera fórmula recibió duras críticas debido a que sus principales integrantes, Perú Libre y Fuerza Popular, habían descartado hasta hace unos días la posibilidad de aliarse, por sus abismales diferencias ideológicas y políticas.
La alianza entre ambas fuerzas significó para Perú Libre la renuncia a sus filas de los congresistas Álex Flores, Jaime Quito y Alfredo Pariona, quienes invocaron para apartarse cuestiones de principio
La elección se realizará dos días después de que encuestas privadas del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y de Ipsos verificaron una desaprobación al Parlamento, respectivamente, de 90 por ciento y 85 por ciento.
La encuesta de Ipsos indicó que la mayoría de la población considera que el Legislativo, que mantiene una alianza tácita con la presidenta Dina Boluarte, tiene más poder que la mandataria, el Poder Judicial y hasta los militares y policías y 78 por ciento señala que abusa de esas facultades.
El Congreso es además acusado de copar, mediante nombramiento de funcionarios afines, el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo y avanza sobre otras instancias como los organismos electorales.
Según el reglamento del Congreso, para que una lista sea elegida, tendrá que obtener la mitad más uno de los legisladores presentes y de no lograr ninguna esa mayoría, habrá una segunda vuelta en la que obtendrá la mesa directiva congresal la fórmula alcance mayoría simple.
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