El control de daños se convirtió en un pase de facturas, porque en última instancia los resultados de los comicios del pasado domingo se sacudieron de las encuestas y revelaron que la ciudadanía prefiere equilibrios en el poder, comentó la analista Cristina Monge a TVE.
Al igual que Monge, otros dos politólogos bastante mediáticos, Pablo Simón y Paco Camas, consideraron en las perspectivas del conservador Partido Popular (PP) de intentar asumir el palacio de la Moncloa son ínfimas, mientras tampoco lo tiene fácil el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
El PSOE logró 122 curules a los que se añadirían 31 del movimiento Sumar, de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Con seis de EH Bildu, cinco del PNV, ambos del País Vasco, siete de Esquerra Republicana, de Cataluña; y un de BNG, de Galicia, llegaría a 172 escaños y requeriría de los votos o la abstención de Junts por Cataluña para lograr la investidura.
Junts es la organización de Carles Puigdemont, cuestionado líder independentista y prófugo de la justicia después de pretender con acciones la separación de Cataluña de España.
Por su parte, el PP fue el vencedor de las elecciones, con 136 escaños, y requeriría de dos puestos de pequeñas organizaciones de Canarias y Navarra, además del ultraderechista Vox (33).
Completaría así la derecha 171 puestos, pero para transitar con éxito de la investidura presidencial en el Congreso de los Diputados, necesitaría de la abstención del bloque de izquierda, algo que sin dudas no sucederá.
-DAÑOS Y CUITAS
En el espectro mediático español hay un control de daños evidente en los periódicos El Mundo, ABC y La Razón o Telecinco, que tenían apuestas muy claras a un cambio de colores en la Moncloa, con la derecha casi arrasadora, dando por buena la alianza con Vox, como un mal menor.
Sin embargo, apenas 72 horas después del llamado a las urnas, afloran cuitas internas que hablan de una pérdida de prestigio y peso de Alberto Núñez Feijóo, el mandamás del PP; y la consolidación de las simpatías por Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Díaz Ayuso salió a apuntalar la figura de Núñez Feijóo, al tiempo que aprovechó para lanzar dardos envenados contra la izquierda, y en particular al presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez.
Fracasado el desmonte del “sanchismo”, como ponderaba el PP y Vox, la idea apunta a descalificar las acciones de Sánchez de negociar con los independentistas catalanes o los siempre criticados del País Vasco.
Vuelve al escenario la idea de que el titular en funciones del Ejecutivo quiere armar “otro gobierno frankestein”, y mantener a España en el “oscurantismo político”.
Sánchez, al parecer, sigue releyendo con una sonrisa su libro “Manual de resistencia”.
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