Un portavoz de ese cuerpo indicó, en declaraciones divulgadas en el sitio digital informativo especializado Cult.it, que el buque fue encontrado a 160 metros de profundidad, sobre un fondo arenoso, y se identificó a bordo del mismo una carga de ánforas romanas, la mayoría de ellas casi intactas.
La operación corrió a cargo de los Centros de Carabineros Submarinos de Génova y Roma, con el apoyo de una lancha patrullera de altura del Servicio Naval de esa fuerza en Civitavecchia, precisó la fuente.
Se empleó en la búsqueda un robot operado a distancia, equipado con sonar y ecosonda, lo cual posibilitó realizar la cartografía del sitio arqueológico sumergido, la identificación de la ánforas tipo Dressel 1B, comúnmente empleadas para el transporte de vino, así como de anclas del antiguo navío romano.
Los procedimientos de inspección y protección de esta zona arqueológica corren a cargo de la Superintendencia Nacional de Bienes Culturales Subacuáticos de Taranto, precisó el portavoz.
Este descubrimiento es de alto valor no solo por los objetos encontrados, que se suman al patrimonio cultural de esta nación, sino además porque desde el punto de vista histórico, ayuda a identificar las antiguas rutas comerciales del antiguo imperio romano, agregó la fuente.
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