Un reporte divulgado por el Instituto Superior de Sanidad, a través de las redes sociales, apunta que las provincias con circulación comprobada del virus ascienden a 27, con seis regiones involucradas Piamonte, Véneto, Emilia Romaña, Sicilia, Cerdeña y Lombardía, mientras que la muerte ocurrió en esta última.
El informe destaca que este año, la temporada de transmisión de enfermedades transmitidas por insectos comenzó temprano en Italia, desde mayo, y se teme que se superen los casos y fallecimientos de 2022, que sumaron 588 y 37, respectivamente.
Para enfrentar esta amenaza el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) lanzó recientemente una alerta sobre los mosquitos invasores y los consiguientes riesgos para la salud, que se incrementan por el hecho de que actualmente no existe una vacuna para la fiebre del Nilo Occidental.
Por tal razón, por el momento la única herramienta preventiva contra la propagación de la infección es la reducción de la exposición a las picaduras de mosquitos durante el período favorable para la transmisión.
La mayoría de las personas infectadas no muestran síntomas, y entre los pocos casos sintomáticos, alrededor del 20.0 por ciento presentan fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, ganglios linfáticos agrandados, así como manifestaciones cutáneas.
El agravamiento ocurre como promedio en menos del 1,0 por ciento de las personas infectadas, con una cada 150 contagiadas, e incluyen fiebre alta, fuertes dolores de cabeza, debilidad muscular, desorientación, temblores, convulsiones, hasta parálisis y coma.
Algunos efectos neurológicos pueden ser permanentes, y en los casos más graves, alrededor de uno de cada mil, el virus puede causar una encefalitis letal, agrega la fuente.
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