En un comunicado, los trabajadores indicaron que siguen en resistencia “con una enorme dignidad”, pese a las agresiones sistemáticas que Grupo México, en complicidad con los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, puso en marcha para acabar con esos movimientos, sin tener éxito.
Dirigentes de las secciones 65, 201 y 17 del Sindicato Minero, consideraron “grave y una vergüenza” para las autoridades laborales mexicanas que Estados Unidos haya tenido que intervenir, para exigir al segundo hombre más rico de México, Germán Larrea, que respete los derechos de los mineros.
En esa localidad de Zacatecas se llevará a cabo hoy un foro nacional minero en el que se tomarán decisiones para resolver en definitiva las tres huelgas que se han convertido en las más largas en la historia sindical del país.
Las graves fallas en materia de seguridad e higiene, las violaciones a sus contratos colectivos de trabajo y a su sindicato son las principales razones que llevaron a los mineros a estallar los movimientos de manera simultánea el 30 de julio de 2007.
“Los hechos demuestran que en las tres huelgas Larrea ha recurrido a todo tipo de actos de corrupción para violentar abiertamente la Constitución, los tratados internacionales, la ley laboral y los derechos de los trabajadores en cada uno de los casos”, apuntó Óscar Alzaga, asesor jurídico del sindicato minero, que encabeza el senador Napoleón Gómez Urrutia.
En los pueblos donde están asentadas las minas, prácticamente la economía se fue a pique, muchos pobladores emigraron y cerraron los negocios relacionados con la actividad minera.
“Han sido años muy difíciles para todos, hasta a nuestros familiares los tenemos en contra porque Grupo México los colocó en listas negras y donde quiera que piden trabajo los rechazan porque los señalan como parientes de los huelguistas”, manifestó José Núñez Velázquez, secretario general de la sección 201 de Sombrerete.
Durante poco más de tres lustros, los trabajadores han sido objeto de agresiones por “grupos de choque y porros”, por ejemplo en Sombrerete, donde siguen sin ser desalojados por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, pese a su resolución de ratificar la huelga.
“Las autoridades laborales definitivamente nos han abandonado, y ahora mediante el mecanismo del T-MEC tenían que decirles de afuera que había que poner orden, es una vergüenza que sigan solapando a ese empresario que ha violentado el estado de derecho”, opinó el dirigente sindical.
Los dirigentes sindicales reclamaron que hasta hoy ninguna autoridad ha obligado al empresario a negociar.
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