El 2 de agosto, el encargado de negocios de Polonia en Belarús, Martin Wojciechowski, fue invitado al Ministerio de Asuntos Exteriores del país, donde fue informado de que las declaraciones precipitadas de los funcionarios polacos sobre la violación del espacio aéreo de Polonia por dos helicópteros belarusos.
Según la cancillería la supuesta violación no fue confirmada por una inspección exhaustiva realizada por la parte belarusa.
El departamento belaruso señaló como prueba los datos del control objetivo de la trayectoria de vuelo de los helicópteros. Al mismo tiempo, subrayó que «la desescalada de la ya difícil situación en las relaciones bilaterales solo es posible en el marco de un diálogo mutuamente respetuoso y constructivo».
Por su parte, el Ministerio de Defensa belaruso calificó de descabelladas las acusaciones de violación de la frontera polaca por parte de helicópteros Mi-8 y Mi-24 de la Fuerza Aérea y de Defensa Antiaérea del país.
Según Minsk, esas alegaciones fueron hechas por la cúpula político-militar polaca para justificar otro aumento de fuerzas y medios cerca de la frontera común.
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