Según el administrador de la ciudad de Johannesburgo, Floyd Brink, la ignición de ese gas concentrado entre un cinco y un 15 por ciento bajo la calle Lillian Ngoyi (anteriormente conocida como Bree) dio como resultado el estallido, que abrió grandes grietas en el pavimento, mató a una persona e hirió a varias más.
El metano viajó a lo largo de un túnel de servicios desde una fuente desconocida hasta cerca de la calle Von Brandis. No hubo ningún incendio ya que éste se produce cuando la concentración supera el 15 por ciento, lo cual no ocurrió, explicó el alto funcionario.
Ahora, agregó, el trabajo de reparación para rehabilitar y reconstruir el área se estima en más de 100 millones de rands (algo más de medio millón de dólares).
A partir de ese accidente, sostuvo Brink, la ciudad ha aprendido varias lecciones, y estructurado planes para evitar que vuelva a ocurrir en el futuro.
Los diseños de los túneles, detalló, se actualizarán en función de los códigos internacionales vigentes a fin de reducir el riesgo de ocurrencia de este tipo de explosiones.
También introduciremos sistemas de detección continua de gas, alarmas, sensores, y monitores para todo el personal que trabaja en los túneles.
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