La fuente reveló además que hubo un registro de 7,4 por ciento de agosto de 2022 a julio de este año, reafirmando la tendencia en el llamado pulmón del planeta.
En el período anterior, de 2021 a 2022, fueron ocho mil 590 kilómetros cuadrados (km²) deforestados y en el más reciente siete mil 592, desplome que responde a la fiscalización realizada por el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Tal acción ayudó a cambiar la tendencia de aumento de la devastación, impulsada por las talas registradas en los últimos meses de la administración de Jair Bolsonaro (2019-2022).
Por otro lado, la destrucción en la sábana tropical Cerrado batió también marca en la etapa. De agosto del calendario pasado a julio de 2023, la pérdida del bioma alcanzó seis mil 359 km², la mayor área desde el bienio 2016-2017, el más antiguo de la serie histórica.
Respecto al período anterior (2021-2022), la subida fue del 16,5 por ciento.
El Cerrado es uno de los cinco grandes biomas de Brasil, cubriendo cerca del 25 por ciento del territorio nacional y haciendo un área entre 1,8 y dos millones de km2 en los estados de Goiás, Tocantins, Mato Grosso do Sul, sur de Mato Grosso, oeste de Minas Gerais, Distrito Federal, oeste de Bahía, sur de Maranhão, oeste de Piauí y porciones. La época anual de deforestación se mide entre agosto de ese ejercicio y julio del siguiente.
Datos presentados por el Gobierno responden a las alertas del Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter) de pérdida de vegetación captados por el monitoreo vía satélite del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), órgano vinculado al Ministerio de Ciencia.
Ellos funcionan como una vista previa de las mediciones oficiales de deforestación, reveladas por el sistema Prodes, también del INPE, que tienen más precisión.
Al asumir el Ministerio de Medio Ambiente por segunda vez, Marina Silva criticó la política del sector en calendarios anteriores y resaltó el compromiso del Ejecutivo con la deforestación cero en el bioma, una de las promesas de campaña de Lula.
En 2022, el último año del Gobierno del Bolsonaro, la Amazonia brasileña perdió 10 mil 267 km² de cobertura vegetal, marca desde que se realizan mediciones por satélite.
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