De acuerdo con el último parte emitido por el Ministerio de Salud de este país, en ese período también aumentaron las muertes como consecuencia de esa enfermedad, con 65 fallecidos, un 58,5 por ciento más que en los siete días previos, cuando sumaron 41 los decesos.
En la última semana descendió el número de pruebas para detectar la presencia del coronavirus SARS-CoV-2, con solo 115 mil 496, frente a las 138 mil 232 de la semana anterior, y la tasa de positividad aumentó hasta el 5,2% por ciento, con 1,1 puntos porcentuales por encima de la de 4,1 calculada entre el 28 de julio y el 3 de agosto.
Por otra parte, en esta nación europea también crecieron la incidencia semanal y el índice Rt, que marca la transmisibilidad del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
Según datos del Servicio de Vigilancia Integrada de la Covid-19 establecido por el Instituto Superior de Sanidad (ISS), la incidencia pasó de ocho casos por cada 100 mil habitantes en semana del 24 al 30 de julio, a 10 casos entre el 31 julio y el 6 de agosto.
El índice RT, en base a casos con hospitalización marcó 1,14 el 1 de agosto, para un leve aumento respecto al de 1,07 calculado el 25 de julio.
Este agravamiento de la situación se produce en medio de una flexibilización en Italia de las medidas para enfrentar el avance de la Covid-19 lo cual, según analistas, puede provocar un repunte aún más significativo en las próximas semanas.
De hecho, de manera coincidente con este último informe del Ministerio de Salud, el director general de Prevención de esa institución sanitaria, Francesco Vaia, emitió una nueva circular que elimina la obligatoriedad del asilamiento para los casos positivos.
En esa disposición, emitida sobre la base de una norma aprobada en el último Consejo de Ministros, del pasado 7 de agosto, se establece como simple recomendación para los infectados el uso de un dispositivo de protección respiratoria si entran en contacto con otras personas.
Si los contagiados tiene síntomas, deben quedarse en casa hasta que desaparezcan los mismos y deben evitar los ambientes concurridos, así como el contacto con personas frágiles, inmunodeprimidas, mujeres embarazadas o asistir a hospitales y residencias de ancianos.
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