El 14 de agosto de 1791 cimarrones se reunieron en Morne Rouge en una ceremonia política y religiosa al mando de Boukman, un esclavo proveniente de Jamaica que trabajaba en la plantación de Clément, en Acul-du-Nord, al norte del país.
Una semana después del encuentro, durante la madrugada del 23 de agosto, Boukman asaltó la plantación de su esclavizador, se apropió de la propiedad y asesinó a Clément.
En pocos días la insurrección se extendió por toda la llanura norte de Haití, a la cual se sumaron diez mil esclavos armados, que fracasaron en otoño frente a Cap-Français (actual Cabo Haitiano), la capital de la colonia.
No obstante, en esos pocos meses, la sublevación devastó 200 ingenios azucareros y mil 200 cafetales, además de liberar a 15 mil esclavos y cobrar la vida de unos mil colonos.
Boukman fue asesinado por las tropas francesas el 7 de noviembre de 1791 en su campamento de Acul-du-Nord, tras resistir unos diez días. Para impresionar a la población esclava, las autoridades coloniales quemaron su cuerpo y colocaron su cabeza en una pica en Cap-Français, pero no pudieron intimidar a los revolucionarios y la insurrección continuó bajo el mando Jean-François, Biassou y Toussaint Louverture.
Dos años después, en agosto de 1793, se abolió la esclavitud en Saint-Domingue y el 1 de enero de 1804 se proclamó la independencia de Haití.
Para este lunes las asociaciones vudú de Haití organizaron una serie de actividades que recuerdan la fecha y el pacto de sangre de los esclavos conspiradores.
jf/ane