Preguntado por la decisión de Estados Unidos, respaldado por Canadá, de acudir a la máxima instancia de litigio en un panel internacional que hasta ahora se había evitado por no ser conveniente para nadie, el mandatario dijo que ellos se inconforman porque México usará maíz genéticamente modificado solamente en forraje para animales.
Explicó que empresarios y productores de esa rama en Estados Unidos, donde se producen cantidades enormes del transgénico, entregan de forma encubierta mucho dinero para las campañas electorales a senadores y presidentes y se las están cobrando ahora exigiéndoles que se opongan a decisiones soberanas de México invocando presuntas reglas del T-MEC.
Pero tienen que respetar las decisiones de este país y esas autoridades no pueden estar al servicio de empresarios ni mantener toda esa distorsión porque los ciudadanos no los eligieron para eso.
Relacionó esa compra de voluntades de autoridades respecto al maíz modificado con lo que sucede también en la industria bélica donde los productores de armas les dan dinero a representantes y senadores para que aprueben leyes a su favor y por eso los legisladores defienden el armamentismo en el congreso.
Dijo que esa actitud en cuanto al maíz amarillo es un asunto que no ayuda, pero ahora por esas presiones de quienes tienen mucha influencia en el congreso y el gobierno llegan a promover e impulsar estas salidas extremas.
Reveló que esos mismos sectores empresariales y congresistas son los que impulsan los otorgamientos a conveniencia de los premios Nobel de Ciencias en muchas ocasiones, para después usarlos en favor de sus intereses.
Sacó este tema a colación porque los empresarios y congresistas del vecino país argumentan que sus científicos aseguran que el maíz modificado no causa daño a la salud humana, mientras que los hombres de ciencia de México apostillan que sí.
Si hay tales discrepancias, señaló, por qué entonces en lugar de un panel comercial para dirimir litigios, no se hace uno de científicos para saber quién tiene la verdad, si los que apuestan por el consumo humano de ese país, o los que se oponen por considerarlos dañinos.
Aclaró que no es una posición en contra de los premios Nobel, sino un alerta de que a veces la supuestas investigaciones científicas pueden ser alteradas cuando hay muchos intereses de por medio y por eso lo más sano es transparentarlo creando un grupo neutral de científicos e investigadores que lo discutan y lleguen a conclusiones.
Explicó que, como Estados Unidos apoyado por Canadá, está impugnando una decisión soberana de México, un decreto que no viola los términos del tratado comercial trilateral, su gobierno está en el derecho de hacer esa propuesta de someter el tema al escrutinio científico.
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