En rueda de prensa, el directivo agregó que los sueldos se pagarán al tipo de cambio de 85 mil 500 libras libanesas por dólar e insistió que la institución no puede mantener la estabilidad monetaria sin cooperación con el Parlamento y el Gobierno.
A propósito, Mansouri agregó la obtención de un acuerdo para asegurar las necesidades del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad sin perjuicio de las reservas del Banque du Liban y también de las divisas extranjeras.
En este sentido, subrayó que no se imprimirá una moneda libanesa para cubrir ningún déficit y el orden financiero del Estado debe estar acompañado por la aprobación de reformas.
«Cada día que perdemos sin aprobar las reformas aumenta las posibilidades del colapso del estado, y nos preguntamos quién es el beneficiario de este retraso y reafirmamos que el banco central está dispuesto a implementar estas leyes en sesiones sucesivas si es necesario”, comentó.
En la ocasión, el gobernador pidió a las fuerzas políticas sacar a la autoridad monetaria de todas las tensiones, a la vez que consideró que el estado de estancamiento afecta negativamente a la economía y contribuye al aislamiento del Líbano a nivel internacional.
Luego de alcanzar en marzo pasado un tope histórico de 140 mil libras por dólar en el mercado informal, la moneda nacional mantiene una estabilidad entre 88 mil y 89 mil, según el sitio lirarate.org.
En paralelo, jubilados militares y empleados de la administración pública exigieron la corrección de sus salarios, adoptar un tipo de cambio del dólar, otorgar un subsidio por costo de vida unificado; así como garantizar créditos para necesidades médicas y la elevación de la compensación de becas escolares.
Desde septiembre del año anterior, las incursiones a los bancos libaneses son constantes ante la negativa de estos últimos de entregar su dinero en dólares a los depositantes, como parte de una dura política derivada de la crisis de escasez financiera en el país.
El Parlamento libanés busca elegir al nuevo jefe de Estado desde el 29 de septiembre y el fracaso de 12 sesiones confirma la ausencia de consenso y la división entre las fuerzas políticas.
La nación de los cedros sortea los obstáculos de un doble vacío de poder, pues quedó sin presidente de la República tras finalizar el mandato de Michel Aoun el 31 de octubre, mientras el gobierno de Najib Mikati permanece en modo interino.
npg/yma