La propagación de los combates y el hambre representa un trauma para la juventud, de acuerdo con otros informe que denuncian el uso de menores en combates.
Griffiths calificó de profundamente inquietantes esos documentos y alertó que cientos de miles de niños en el país estaban gravemente desnutridos y “en riesgo inminente de muerte” si no se los trataba.
Esos menores eran particularmente vulnerables a los brotes de enfermedades y carecían de acceso a tratamiento médico.
«La combinación letal de sarampión, desnutrición y desplazamiento está poniendo las vidas de los niños en un riesgo muy alto si no se toman medidas urgentes», añadió el representante.
A esta crisis se suma el colapso del sistema hospitalario, con la interrupción en muchas áreas de servicios críticos, incluida la atención de salud maternoinfantil y el tratamiento de la desnutrición aguda grave.
Al menos dos millones de niños abandonaron sus hogares desde que comenzó el conflicto hace poco más de cuatro meses, según cifras del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
A medida que la lucha se prolongue, toda una generación de jóvenes sudaneses probablemente se quedarán sin educación, insistió además ese organismo.
“Un conflicto prolongado en Sudán podría llevar a toda la región a una catástrofe humanitaria”, enfatizó Griffiths cuando las cifras del desplazamiento transfronterizo se acerca al millón.
El alto representante pidió a las partes en conflicto que «pongan al pueblo de Sudán por encima de la búsqueda de poder o recursos» y a la comunidad internacional a responder «con la urgencia que merece esta crisis».
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